Rosa, librera de La Tramontana, en Sitges, me manda un cuestionario que respondo como mejor sé, o sea no bien, sino requetebién. Por ejemplo, ella me pregunta «qué media de libros leo al mes» y yo le digo, después de hacer todos los cálculos precisos, que «sumando enteros, mitades y cuartos: muchos». (Algunos habrá que no lleguen a cuarto, pero son minoría.) También, como humilde que soy, cuando algo no lo sé, lo pregunto. Así, cuando ella quiere saber qué libro guardo como oro en paño, como resulta que yo entiendo poco de paños y desde luego nada de oro, antes le pido que me aclare si el eso-en-cuestión se guarda en las estanterías baratas del Ikea, que es donde yo, común como el común de los mortales, tengo mis libros (hasta que el estante cede por sobrepeso, al menos). En fin, allí cuento las grandes verdades que nadie se atreve a confesar y hasta doy alguna respuesta en serio, como la de cuál es la mejor medida para animar a leer: yo digo que el minuto (de preferencia, minuto largo) estupendo de leer, noche a noche, al menos unas páginas de cuento a nuestros hijos. El texto entero, en el blog de La Tramontana o, por gusto de archivarlo, a continuación.
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