Tony Ross es un maestro en la adaptación humorística de cuentos populares.
En su Stone Soup (Andersen Press, 1987; Puffin, 1990; Collins, 1995) se encuentran un lobo feroz y una gallina. El lobo agarra la gallina por el pescuezo y esta le propone que, antes de zampársela y robar en la casa, se tome también una sopa. Será una sopa de piedra, claro está.
Mientras el pedrusco se cuece y se le añaden cuatro ingredientillos de nada, ¿sería tan amable el lobo de ir haciendo cuatro cosillas? Qué sé yo, fregar los platos, limpiar y aspirar la casa, recoger la ropa, talar un árbol (inmenso, con un hacha minúscula), arreglar la antena, desatascar la chimenea…
La sopa es deliciosa, el lobo queda ahíto y agotado y no puede ya zamparse a la gallina, pero sí que roba el principal tesoro de la casa: ¡aquella piedra que tanto gusto da a la sopa!
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